La mejor opción dependerá de tus necesidades, pero te vamos a explicar los pros y contras de cada tipo de cocina para que los tengas en cuenta.
Cocina abierta:
Pros:
Más luminosidad y sensación de espacio, interacción entre los habitantes ya que las personas que cocinan no están aisladas en un espacio. Una isla de cocina o península te permite por ejemplo trabajar con un portátil o tomarte un vino mientras conversas con quine prepara la cena. Es una buena solución para apartamentos pequeños ya que se aprovecha el espacio disponible al combinar dos áreas en una.
Contras:
Olores y ruidos de electrodomésticos son más molestos. El tema de los olores se puede solucionar ya que hoy en día existen campanas con gran poder de extracción de humos y muy silenciosas. Quizás algo muy en tener en cuenta en este tipo de cocina es el orden, ya que una vez terminas en la cocina y quieres descansar, el desorden de la cocina queda siempre a la vista.
Cocinas cerradas:
Pros:
Se controlan mejor los olores y los ruidos tanto de la campana como resto de electrodomésticos, sin propagarse al resto de la vivienda. Puedes cocinar tranquilamente con más privacidad y sin interrupciones si así lo prefieres, escuchando música o concentrándote en preparar tu receta.
Contras:
El espacio suelo ser más pequeño y normalmente menos luminoso, tiende a recibir menos luz del exterior, el espacio se siente más oscuro. También te limita al no poder conversar con invitados mientras cocinan. Una solución intermedia son las cocinas semiabiertas, que te permiten las ventajas de los espacios compartidos, pero a la vez hay una barrera para la no propagación de ruidos y olores. Apostar por paredes acristaladas con grandes aperturas o puertas de cristal es una tendencia en los nuevos proyectos de cocina.
